18 de jul. 2010
4 de jul. 2010
Un poema de Borges
Borges, en uno de sus poemas, narra alguna de las sensaciones que pueden tener estos nómadas del verano.
ARRABAL
El arrabal es el reflejo de nuestro tedio.
Mis pasos claudicaron
cuendo iban a pisar el horizonte
y quedé entre las casas,
cuadriculadas en manzanas
diferentes e iguales
como si fueran todas ellas
monótonos recuerdos repetidos
de una sola manzana.
El pastito precario,
desesperadamente esperanzado,
salpicaba las piedras de la calle
y divisé en la homdura
los naipes de colores del poniente
y sentí Buenos Aires.
Esta ciudad que yo creí pasado
es mi porvenir, mi presente;
los años que he vivido en Europa son ilusorios,
yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires.
Publicat per
Pere Pich Rosell
a las
20:29
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